Forbes y sus “poderosos”

La influyente revista estadounidense, Forbes, dio a conocer ayer su listado de personas más poderosas del mundo. La encabeza el presidente chino Hu Jintao, seguido por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Los únicos mexicanos incluidos en ese grupo son el empresario Carlos Slim (21), y el narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, El Chapo (60).
¿Cómo explicar tan heterogénea mezcla? La publicación refiere que su metodología está basada en cuatro “dimensiones”: el número de personas que gobiernan; su solvencia económica; si son poderosos y dominantes en más de una rama de actividad; y si son capaces de ejercer su poder para influir y someter a la gente. Tras un debate interno en la revista, se hacen listados preliminares y uno final, que es decidido por los editores en jefe.
La subjetividad y falta de rigor permean todo el proceso, que comienza siendo fríamente estadístico y acaba decidiéndose por lo que opina un grupo de editores de élite. Fue así que se llegó a la conclusión de que a México lo representan un empresario acaudalado y un criminal. Nada más maniqueo que eso.
El problema estriba en que aun con sus lagunas metodológicas, la publicación sí influye en la percepción global de las naciones y es la única en su tipo que arriesga una opinión de tal calado. En ese sentido, preocupa que México no haya sido capaz de construir más interlocutores económicos y políticos de peso mundial, capaces de anular con su trabajo y talento a un traficante de drogas, por ejemplo.
¿Dónde están el empresariado pujante de Monterrey?, ¿dónde las trasnacionales mexicanas?, ¿dónde los mexicanos que encabezan organismos internacionales?, ¿y los científicos categoría Nobel como Mario Molina?
Más allá de que nos dé mala espina el listado de Forbes, es válido preguntarnos qué no estamos haciendo como país para generar más recursos humanos de talla mundial. ¿Qué parte de nuestro sistema educativo o de nuestra estructura económica tenemos que cambiar para que más mexicanos destaquen en el mundo por sus logros?
Y conste que no se habla de tener a los seres más ricos del planeta, lo que no sería gran consuelo en una sociedad tan polarizada como la nuestra. Se trata de la formación de técnicos, humanistas y empresarios que destaquen en el mundo por sus aportaciones, por hacer de México todos los días un mejor lugar para vivir.
Al tener muchos más de éstos, sería más difícil para evaluaciones “light” como la de Forbes, ignorarnos o reducirnos a un país donde el que viola la ley es el “poderoso” y los demás, la masa inerte donde éste y el hombre más rico del mundo ejercen su poder.

Editorial EL UNIVERSAL